3.01.2015

Éxtasis

La isla, el sueño, la marea,
la droga que nos sueña
y no nos condena.


El mar, la roca, la arena,
que recorre airosa
la distancia hasta su casa
en tu boca.


Los fuegos, la tormenta, el destino
desterrando lentamente y con suspiros
baladas de prostíbulos clandestinos.


La noche, la tarde, la mañana,
la esperanza que se agota 
en la soledad de su alabanza.


Y los juegos, sobretodo los juegos,
vencedores imbatibles,
asesinos tan inútiles
de libélulas al viento amordazadas.

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