8.18.2017

Silencio una vez más.
Oigo retumbar mis latidos
en los sonidos de los electrodomésticos
desde este refugio de la realidad
donde el sol hoy se ha negado a salir.
Expulsando humo por los pulmones
hacia los lugares más oscuros del universo
a la vez que se siente la lenta regeneración de la piel,
de donde se caen las cicatrices
y las plantas las lloran.
El movimiento frenético de mis venas
me hace, de nuevo,
querer verlas de cerca,
observar esta vida vacía
y rozar con mi fantasía
obscena las sábanas.
Así que ahora, hagámoslo a mi manera
lento y duro, meciendo las penas.

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