Gioconda

El rostro impasible
Que mira desde el centro
De la habitación,
Con certeza intuye
Que esta en lo cierto,
Llora por no tener razón.

El corazón helado
Tras la enigmática mirada
Que sabe que el agua
Vuelve al océano
Por muy larga
Que sea la travesía.

Tantas miradas han observado
Su tierno rostro de cera,
Tantas hipótesis de su modo
De curvar su boca obscena.

Hay quien dijo tal vez
Que hasta su sexo desconocido
Hace que se vea atraído
Hasta el humano más indiferente.

Quizás por eso querido,
Oculto tras la prudencia
A la indecisión
Pides clemencia

Y al destino un futuro
Que dure el doble del tuyo.